31 de mayo de 2001

No es fácil reconocer el dolor que se oculta en tu corazón

No es fácil reconocer el dolor que se oculta en tu corazón;

por eso, hoy más que nunca en mi soledad

me vuelvo de nuevo a refugiar,

de la cual cada día se me torna más difícil regresar.

Cualquier cosa me hace recordarte

y sumirme en una inmensa oscuridad;

una imagen, una sonrisa, una canción,

un día soleado es un amargo tormento en mi interior.

Sé que no volverás y eso me provoca el llanto,

nunca es fácil olvidar a aquél a quien amas;

tu presencia me falta y me deja desolada

mi cuerpo rebosa de extraordinaria lamentación.

Palabras de amor, con un trozo de cielo para ti;

un cielo que cubrió nuestra promesa.

Amarte es mi penitencia, que jamás cesará

que nunca más de mí se alejará.

Sólo quiero pensar que no te has ido, que estás distante

y que algún día, no muy lejano, a mi lado volverás.

Te extraño más cada segundo que pasa

tu voz se ha clavado en mi alma;

no me deja respirar, ni tampoco existir,

y tan sólo sé que sin ti, no podré sobrevivir.

Tu corazón es la escalera que me lleva a las estrellas,

enséñame el camino que me conduzca de nuevo a ellas.

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