A mi vida llegaste como un ángel guardián,
sin pedir permiso y sin avisar,
con la simple intención de mi corazón cuidar
y de mi camino guiar.
A mi vida llegaste como un ángel tenaz,
moviendo tus alitas al compás de mis sonrisas,
tintineando tus cascabeles para hacerme bailar
e iluminando mi profunda oscuridad.
A mi vida llegaste como un ángel celestial
y todas las estrellas salieron a brillar,
la Luna y el sol se quisieron abrazar
y nos amaneció la aurora que nos quiso acariciar.
A mi vida llegaste como un ángel cordial,
tu porte felino se limitó a mi alma rozar
y entonces tu corazón no dudo ni un momento más
que tu compañía, por siempre, me fuera a acompañar.
¡Gracias por todo my Dear Cuqui!
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